Las relaciones también están en el corazón del Concierto para violín nº 2, que Williams compuso para la renombrada virtuosa y Violinista Anne-Sophie Mutter como Homenaje a sus muchos años de amistad y colaboración. En su nota para el concierto, John Williams escribe:
«Componer notas de programa siempre ha sido un reto para mí. Estas descripciones siempre parecen tratar de responder a la pregunta «¿de qué trata esta música?». Y aunque la música tiene muchos propósitos y funciones, siempre he creído que, al final, la música debe ser libre para ser interpretada a través del prisma de la propia historia personal de cada oyente, sus exposiciones previas y su bagaje cultural. La catedral hundida de un hombre puede ser la niebla del amanecer de otra mujer. Por tanto, el significado debe residir, si me perdonan, en el «oído del que mira».
Sólo puedo pensar en esta pieza como algo relacionado con Anne-Sophie Mutter, y con el propio violín, un instrumento que es el producto insuperable del arte del luthier. Dado que ya se ha escrito mucha música para este instrumento, gran parte de ella recientemente para la propia Anne-Sophie, me pregunté qué otra contribución podría hacer yo. Pero tomé mi inspiración y energía directamente de esta gran artista. Recientemente habíamos colaborado en un álbum de música de cine para el que grabó el tema de la película Cinderella Liberty, demostrando un sorprendente y notable sentimiento por el jazz. Así que, tras una breve introducción, abrí el prólogo de este concierto con una cuasi improvisación, sugiriendo su evidente afinidad con este lenguaje. También hay música mucho más rápida en este movimiento, y mientras lo escribía, recordé su talento para un contoneo rítmico infeccioso que es particularmente suyo.
Al principio de la siguiente sección o movimiento, se crea un tranquilo murmullo mediante un suave movimiento que considero circular, de ahí el subtítulo de Rondas. En un momento dado, se escuchan armonías que recuerdan a Debussy, pero les pido que reflexionen sobre otro Claude… en este caso, Thornhill: un héroe mío muy temprano que, puede decirse con justicia, fue el padrino musical de la colaboración entre Gil Evans y Miles Davis. Es también en este movimiento donde aparece un leitmotiv o tema que luego se reitera en el Epílogo.
Dáctilos, una palabra prestada de los griegos, que utilizamos para describir un efecto de tres sílabas en poesía, así como el dígito con sus tres huesos, puede servir para describir el siguiente movimiento. Es nuestro tercer movimiento, en un compás de tres, y presenta una breve cadencia para violín, arpa y timbales… otra tríada. El violín aporta un virtuosismo agresivo que produce una energía áspera, parecida a la del vals, que es a la vez berreante e impertinente.
El movimiento final es abordado «attacca» por el violín y el arpa, donde los dos instrumentos invierten sus equilibrios relativos en una especie de «disolución sonora». De este modo, nos transportan al Epílogo. Es en este movimiento final donde el motivo introducido en Rounds vuelve en forma de dúo para violín y arpa, cerrando la pieza con una suave resolución en La mayor que podría sugerir tanto la curación como la renovación. » -John Williams